Un gol en propia meta en el minuto 98 frustra al Mirandés en El Sardinero

El infortunio impidió que un Mirandés superior pudiera salir victorioso de El Sardinero. Un autogol de Julio Alonso en el minuto 98, cuando se habían concedido seis inicialmente como compensación, privó al conjunto rojillo de un triunfo que acariciaba cuando hizo el 1-3 por medio de Reina en el minuto 57. Antes habían marcado Izeta y Rincón. Sin embargo, con más tesón que fútbol, el Racing logró empatar un encuentro que tuvo todos los ingredientes de un partido de playoff. Anduva, como estaba previsto, decidirá la suerte de la eliminatoria el próximo jueves.

Tomeo, Rincón y Lachuer fueron las novedades en la escuadra jabata en detrimento de Postigo, Víctor Parada y Joel Roca. El equipo de José Alberto López, viejo conocido de la afición rojilla, comenzó con mucho empuje y forzando saques de esquina. Uno de ellos lo cabeceó fuera Arana. Otro, a los diez minutos, acabó en el larguero después de un testarazo de Mantilla.

El Mirandés logró ajustar mejor la presión, lo que redujo las llegadas del Racing, y comenzó a acumular posesiones más largas. Camino del ecuador del primer acto llegó la mejor ocasión del conjunto jabato. Un centro desde la izquierda de Iker Benito lo cabeceó Reina y Ezkieta respondió con una gran intervención. También estuvo atento Raúl en el área contraria para anticiparse a Íñigo Vicente, otro ex del Mirandés, en un pase en profundidad.

No faltó la polémica en el encuentro, ya que el colegiado solamente amonestó con tarjeta amarilla una falta de Mario sobre Iker Benito, en la que se desentendió de la pelota cuando el jugador mirandesista podía encarar la meta del Racing. No tardó en golpear el conjunto de Lisci, que logró el 0-1 en una buena acción de Rincón, que elevó la pelota para un Panichelli al límite del fuera de juego. Puso el ariete argentino un balón al segundo palo que Izeta sólo tuvo que empujar a placer. Tres minutos después, en el 34, el propio Panichelli descargó el cuero en la banda derecha para la incorporación de Rincón. El lateral cedido por el Athletic recorrió 50 metros, se plantó en el área y fusiló por arriba a Ezkieta para firmar el 0-2.

Sin embargo, cuando mejor estaba el equipo de Lisci, un error de Lachuer en la salida de balón dio vida al Racing, ya que Andrés conectó con Arana. Su centro al segundo poste lo alojó en las mallas Íñigo Vicente para devolver la esperanza a la hinchada local. Un remate desviado de Aldasoro puso el epílogo al primer acto.

Lisci dio entrada para la segunda mitad a Víctor Parada por un renqueante Juan Gutiérrez. Izeta, a pase de Rincón, estuvo cerca de ampliar la ventaja del cuadro rojillo, aunque Ezkieta lo impidió. También perdonó Tomeo, en un testarazo a centro de Lachuer desde la derecha. Pero a la tercera fue la vencida y un balón recuperado por Izeta, que el Racing reclamó como falta sobre Meseguer, también con pasado en la escuadra jabata, acabó suponiendo el 1-3. La pelota de Izeta la centró Iker Benito, Panichelli, en su tercera asistencia, cedió el esférico para Reina, que empaló a la red pese a que Ezkieta llegó a tocar el cuero.

Tomeo dispuso de dos cabezazos para ampliar la ventaja, el segundo de ellos, de espaldas a portería, cuando el Racing ya había logrado el 2-3 en un saque de banda servido al área y que Eguiliz despejó inicialmente. Maguette conectó un disparo desviado, aunque Andrés, al límite del fuera de juego, estuvo hábil para cambiar la trayectoria del chut y establecer el 2-3.

En el tercer minuto del tiempo añadido llegó a marcar de nuevo el Racing por medio de Andrés, aunque el colegiado invalidó la acción por un fuera de juego milimétrico. Lisci buscó arañar segundos al reloj y situó en el campo a Butzke y Julio Alonso, que se convirtió en triste protagonista del desenlace del partido. Tras un saque de banda, Íñigo Vicente cedió la pelota a Karrikaburu, que remató en semifallo por un resbalón. El balón se estrelló en el larguero y rebotó en la cabeza de Julio Alonso, dirigiéndose hacia la portería de Raúl pese al intento de Víctor Parada por tratar de impedir un 3-3 tan cruel como injusto.

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