Los vecinos de Aranda tras el asesinato de un hijo a su padre: «Es algo que no tiene explicación»
Vecinos y curiosos se han acercado hasta el lugar del presunto asesinato, que ha ocurrido a mediodía del sábado en el entorno del instituto Cardenal Sandoval y Rojas
El arranque de las carreteras de Salas desde Aranda acoge una pequeña zona industrial, que se mezcla con fincas y merenderos. Un lugar muy transitado también por caminantes que siguen esa costumbre de cumplir su reto diario de pasos. Se trata de un punto muy cercano al casco urbano y está en las inmediaciones del instituto de Educación Secundaria Cardenal Sandoval y Rojas.
En una de esas naves, de una empresa familiar de aceitunas, sobre las 15:00 horas de este sábado, no se sabe por qué motivo, se desencadenó la discusión entre padre e hijo que acabó en tragedia. Allí, el vástago, de 23 años, presuntamente apuñaló a su padre en el cuello, le dejó tendido cerca de la carretera y salió huyendo. Fue detenido dos horas después en otro punto de la ciudad.
Los efectivos policiales y sanitarios no tardaron en personarse en el lugar de los hechos, después de que varios conductores dieran la voz de alarma de que había una persona herida en el firme. Un trabajo, policial y sanitario, en las inmediaciones de la nave que se prolongó durante varias horas.
También muchos curiosos se acercaron al lugar, propietarios de fincas cercanas, y algunas personas que caminaban por la zona, ante el luctuoso suceso. «Somos vecinos del padre, vivimos en su misma calle, aquí muy cerca», afirmaba una mujer, mientras señalaba hacia las denominadas Casas de los Labradores, un barrio de viviendas unifamiliares antiguas, cercanas al instituto Cardenal Sandoval y Rojas de Aranda.
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«Los padres del fallecido han vivido en esa casa toda la vida, ahora están enfermos en una residencia en Tardajos y él se trasladó aquí, después de separarse», precisa. Al respecto, se muestra sorprendida ante esos hechos «que no tienen explicación, parece un buen chaval». Su marido también observa contrariado el lugar de los hechos, mientras la policía continúa con su trabajo.
«Hoy es sábado, y es día de mercadillo, donde suelen ir a vender aceitunas todas las semanas, habrán tenido algún problema», aventura en una fórmula para buscar una explicación.
En las cercanías, también varios propietarios de fincas con atuendos veraniegos han salido a presenciar unos hechos «que no se pueden creer». Todos los presentes conocen a la familia ahora tocada por la tragedia. «Son muy conocidos en Aranda, no sabemos qué problema ha habido para termina así», concluyen.
Mientras tanto, efectivos de la Policía Nacional rastreaban la zona buscando posibles pruebas, en las zonas de maleza de ambos lados de la carretera y también en los contenedores de la zona industrias. Muchas incógnitas que desvelar en un suceso con tintes de tragedia.
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